La Gran Colombia
Primera República de Colombia o Gran Colombia es el nombre
dado en historiografía a un extinto Estado suramericano que fue creado en 1821
por el congreso reunido en la ciudad de Cúcuta con el nombre de República de
Colombia. Dicho término se emplea para distinguirla de la actual Colombia, que
para ese entonces se llamaba Nueva Granada.
Esta república existió jurídicamente entre 1821 y 1831 y se
configuró a partir de la unión de las anteriores entidades coloniales del
Virreinato de la Nueva Granada, Capitanía General de Venezuela y Presidencia de
Quito, al igual que la Provincia Libre de Guayaquil. Su superficie correspondía
a los territorios de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y
Venezuela, así como a pequeñas porciones de terreno que hoy pertenecen a
Brasil, Costa Rica, Guyana, Nicaragua y Perú. Si bien la Gran Colombia fue
creada mediante la Ley Fundamental de la República de Colombia expedida durante
el Congreso de Angostura (1819), el Estado como fruto de la unión de dichos
pueblos no vio la luz hasta el Congreso de Cúcuta (1821), donde se redactó la
Constitución con la cual se implementó y reglamentó su creación.
El país se disolvió a finales de la década de 1820 e inicios
de los años 1830, por las grandes diferencias políticas que existían entre
partidarios del federalismo y el centralismo, así como por las tensiones
regionales entre los pueblos que integraban la república.
Antecedentes
Después del fracaso de la Segunda República de Venezuela y
su corta permanencia en Nueva Granada como comandante militar, Simón Bolívar se
vio obligado a reflexionar sobre la causa de los fracasos previos, la situación
internacional y la forma de lograr la independencia de forma duradera. Sus
reflexiones le llevaron a la conclusión de que para alcanzar la independencia
definitiva se debía derrotar totalmente a los españoles para impedir que
realizaran acciones de reconquista. Para ello, los esfuerzos descoordinados y
dispersos de los caudillos regionales a lo largo de América debían ser
unificados bajo un mandato único y como garantía de una independencia
permanente se debía crear una república grande y fuerte que pudiera desafiar
las pretensiones de cualquier potencia imperial.
La idea de crear una nación semejante hizo que Bolívar tuviera un objetivo político mucho más amplio, lo que en definitiva le motivó a actuar de una manera diferente a las veces anteriores. En el contexto de las Guerras de Independencia Hispanoamericana, fuerzas revolucionarias lideradas por Simón Bolívar sentaron las bases de un gobierno regular en una convención constitucional. Previamente, el gobierno había sido militar y altamente centralizado con poder ejecutivo directo ejercido por vicepresidentes o gobernadores mientras el presidente Simón Bolívar estaba en la campaña libertadora de Colombia y en la Guerra de Independencia de Venezuela.
Historia
En 1816, Simón Bolívar, con la ayuda de los generales
Urdaneta, Piar, Páez, Mariño, Nariño, Monagas, entre otros, conseguiría una
serie de victorias sobre los realistas. Después de liberar Guayana y Nueva
Granada, proclamó el 17 de diciembre de 1819, en Angostura (actual Ciudad
Bolívar) su fundación. Los últimos contingentes realistas en Venezuela fueron
derrotados en la histórica Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821. El 28 de
noviembre de 1821 se da la Independencia de Panamá y voluntariamente se une al
sueño de Bolívar firmando con España un pacto de no agresión.
La resistencia de España en el continente terminó en Perú
con la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, en la que se consagró
definitivamente como héroe Antonio José de Sucre (1795-1830). Todo el poderío
español en el Virreinato de Nueva Granada y en Perú, quedó hundido bajo los
golpes de tres hombres: Bolívar, Miranda y Sucre; fallecidos en diferentes
circunstancias: Bolívar el 17 de diciembre de 1830, en Santa Marta, Colombia;
Francisco de Miranda en la cárcel de la Carraca, en Cádiz, en 1816; Antonio
José de Sucre, asesinado en Berruecos, Nueva Granada (actual Colombia), el 4 de
junio de 1830.
Sin embargo debido a tensiones regionales no alcanzó a durar
la unión política de los territorios del antiguo Virreinato. La oposición al
gobierno de Bolívar era en general, secesionista. En 1830 Venezuela y Ecuador
declararon su independencia de la República de Colombia, quedando finalmente
disuelta la Gran Colombia en 1831, dando nacimiento de tres entidades estatales
distintas: Nueva Granada, Ecuador y Venezuela. La secesión venezolana fue
dirigida por el General José Antonio Páez (1790-1875), quien ya había combatido
bajo las órdenes de Bolívar y poseía desde entonces el virtual control de la
parte venezolana de la república. Páez se convirtió en el primer presidente del
nuevo estado venezolano, y gobernó intermitentemente hasta 1863. En Ecuador
asumió Juan José Flores. Reducida a la Nueva Granada, presidida por Rafael
Urdaneta quien originalmente había ejecutado un golpe de estado pensando en
devolverle el poder a Bolívar, la Gran Colombia se disolvió tras el
derrocamiento de Urdaneta. En la Nueva Granada se eligió como vicepresidente
interino a José María Obando, un año después asumió Francisco de Paula
Santander como presidente y delineó la estructura del nuevo Estado.
En Venezuela, en 1835, un grupo de oficiales patriotas se
levantaron contra el presidente José María Vargas, en lo que se conoce como
Revolución de las Reformas, para exigir la reconstitución de la Gran Colombia,
reformas políticas y el fin del poderío económico de la oligarquía, fortalecida
con el comercio de importación y exportación. Obtuvieron un triunfo efímero,
pero luego retomó el poder el general José Antonio Páez con lo que se hizo
definitiva la disolución de la Gran Colombia.
Proyectos similares en América Latina fueron la
Confederación Perú-Boliviana y la federación de las Provincias Unidas del
Centro de América.
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